Claudia M. Capel |
Corazones y maletas (Utopías, 2011), de Claudia M. Capel es un breve e intenso libro que trata del sentimiento amoroso sin concesiones a los tópicos románticos que durante más de un siglo lo han edulcorado y, en cierto modo, distorsionado en beneficio del ideal burgués en el contexto de una cultura patriarcal. Su lectura compromete al lector con una mirada límpida que ilumina el decir del amor como un azaroso viaje.
La voz de Claudia M. Capel parece llegarnos desde los confines del corazón del mismo modo que el libro nos llega desde los confines del mundo, si nos atenemos al hecho de que la editorial Utopías está radicada en Usuhaia, en la provincia argentina de Tierra del Fuego, y la ciudad más austral del planeta. Pero más allá o más acá de esta circunstancia, en la que confluyen sentimiento y geografía, Corazones y maletas es una bella errancia de exploración a través de las vivencias que depara el amor.
Con un lenguaje casi transparente de tan delicado, Claudia M. Capel construye una frágil y a la vez poderosa metáfora que seduce al tiempo y verifica que las únicas certezas que pueden atravesar las épocas, los países, la naturaleza de sus cuerpos y las realidades, son las almas de los amantes. [Hace varias vidas que me preparo / para conocerte // cuando era gitana ya sabía / cuánto iba a quererte [...] en mis tiempos de sultana /andaba por la arena / soñando con tu espada...].
Con un lenguaje casi transparente de tan delicado, Claudia M. Capel construye una frágil y a la vez poderosa metáfora que seduce al tiempo y verifica que las únicas certezas que pueden atravesar las épocas, los países, la naturaleza de sus cuerpos y las realidades, son las almas de los amantes. [Hace varias vidas que me preparo / para conocerte // cuando era gitana ya sabía / cuánto iba a quererte [...] en mis tiempos de sultana /andaba por la arena / soñando con tu espada...].
En este sentir, en este ser, también el espacio se trastoca y la percepción de la distancia es otra - no está tan lejos / ni tan cerca como parece o bien todas las distancias son livianas / si no pesan demasiado las maletas - como otra la percepción de la eternidad, prolongación y eco del corazón donde la palabra es fuerza indiferente a las reglas del tiempo -Te amo a distancia / con la fuerza bestial / de la palabra. Es así cómo el corazón se identifica con el poema mismo y hace de éste contenido y continente del amor [Donde termina este poema / empieza el amor y Hasta este poema / no había historia de amor / pero el verso llega].
Pero en el tiempo del amor, donde no aparece el camino, lo que fluye por su cauce no es materia inerte, sino corriente transida por el gozo y la esperanza, cuyos reflejos se traducen en palabras únicas y repetidas [Las palabras de amor / son siempre las mismas / porque el corazón no cambia], y por esto mismo enraízan a los amantes al mundo.[Olor a chocolate / tabaco, hierbabuena / abro la ventana / huelo venir tus caderas] o actúan como una antigua fórmula contra el dolor o lo calman, como lo anota en ese bello y entrañable poema que recrea las recetas que obran el hechizo o el milagro de la sanación: un corazón roto a traición / se frota con agua de soda / y se deja secar treinta días [...] cuando la pena de amor / parece llegar hasta los huesos / hay que macerar unos pétalos / de amapola de lirio de camelia / en humo con limón [...] sólo los besos / calman el dolor.
Aunque dividido en dos partes y varios de sus poemas aparecen titulados, en realidad Corazones y maletas es un único poema que se fragmenta en destellos o mejor cabría decir, latidos, de una metáfora tan delicada como una caricia y tan persistente como un perfume o un olor de la infancia.