miércoles, 25 de mayo de 2022

VOCES DEL FUEGO, Antonio Tello

 Reseña de Voces del fuego firmada por Silvia N. Barei y publicada en El Corredor Mediterráneo 1005, del 25 de mayo de 2022 (Cartografías, Río Cuarto, Ediciones la yunta, Buenos Aires, 2022)


Leí el año pasado El maestro asador de Antonio Tello y cuando llega a mis manos Voces del fuego asocio inmediatamente los dos libros, aunque después veré que son muy diferentes. Pero es el fuego el que vertebra ambos textos, el ritual de vencer a la muerte con el fulgor luminoso de una llama que hace resurgir a los personajes -hombres, animales, bosques, ríos- de sus cenizas.

El conjunto de relatos me atrapa inmediatamente no solo por la pulcritud de la escritura sino también por la situación bifronte de la productividad de la trama entre reflexión filosófica y ficción. Hay un campo de tensión promovido por diversas geografías y universos articulados como soporte de una poética cuyo espesor se teje sobre saberes históricos y literarios.

A veces parece ser el paisaje de un exiliado que vuelve para reencontrar- ¿tal vez cerrar? - la incertidumbre, la ambigüedad de extrañas historias reconstruidas desde una mirada extrañada, lúcida y no desprovista de aflicciones. Otras veces emergen, entre los pliegues de las subjetividades, formas del miedo, del amor, de la cobardía o la venganza. El régimen estético y su capacidad enunciativa articulan ensamblajes provisorios, historias truncas, personajes que luego reaparecen, constelaciones de datos iluminados a medias y que el narrador se abstiene de explicar.

De este modo, la reflexión sobre la palabra se liga de manera inseparable con la historia narrada:  fragmentos  de la historia de la humanidad (desde Asurbanipal a las cárceles de la dictadura)  con sus batallas, sus treguas, sus fulgores, sus pactos, sus traiciones, construyen escenarios en los que el escritor acerca en pequeñas dosis una visión de la realidad,  del mundo,  de la literatura  como operación cultural que revela, como nos enseñó Borges, la voluntad de transformar las formas de leer.

 “Dédalo y Kafka imaginaron el laberinto. También el destino de sus prisioneros, cuyas dispares naturalezas aluden a los días que vivieron. El Minotauro lleva consigo la poética del mito. Gregorio Samsa la prosa del insecto en un tiempo sin dioses”

 Cito este breve relato porque me parece que condensa la estrategia central de la escritura en este conjunto de relatos: la problematización del sentido perceptible en la misma complejidad de las referencias, dejando en un segundo plano la fascinación intelectual del razonamiento para adentrarse en un mundo de ficción que reinventa códigos desde la recreación y la transformación.

Un universo literario donde el “tiempo sin dioses” expresa la dolorosa condición de ser humano, lejos de todo posible arraigo y de toda posible comodidad, extranjero en su propia patria, condición de ajenidad como gesto sobrio de una precaria sabiduría.



martes, 17 de mayo de 2022

ROMANCE DE MELISENDA, Antonio Tello

 Reseña de Margarita Belandria publicada en El Corredor Mediterráneo 913, el 22 de julio de 2020 (In-Verso, Barcelona, 2017)





Como toda buena obra de arte,  Romance de Melisenda, de Antonio Tello, es una novela que realmente seduce; su primera lectura constituye una incitación al gozo de releerla, toda entera o no, pues incluso cualquier página abierta al azar dispensa un exquisito deleite a los sentidos e imprime una nota de belleza en el espíritu. 

Sobre un lienzo histórico del  medioevo carolingio, el autor registra con tonos vibrantes una fascinante historia de amor y su tragedia, inspirándose en el popular romance del mismo nombre que recoge en El Quijote don Manuel de Cervantes. Pero esto es solamente eso, un mero punto de partida, porque Tello es dueño de su imaginación y su albedrío y vierte su fuerza poética en el joven narrador Alifonso, hijo del asesinado rey Fruela I de Asturias . 

El hijo de un rey asesinado corre peligro. Alifonso se halla entonces protegido en un monasterio por los maestros Eterio y Beato, hasta que, aún no bien salido de la pubertad, sus mentores consideran que ya no habrá de estar seguro bajo su protección y lo mandan a Aquisgrán, capital del reino de los francos, al cuidado del maestro Angilberto de Céntula . “Él te enseñará —le dice Eterio— el arte de las palabras y la ciencia de los números y de las estrellas; él te enseñará a oír la música del universo y a sentir en tu alma la voz de Dios”. Sin embargo, ¿saben acaso sus mentores hacia qué oscuros abismos lo dirigen? 

Nueve meses después llega a Aquisgrán, acompañado de Ahmed, el músico sarraceno que cautivará a la princesa Melisenda, baquiano del camino, a quien conoció Alifonso en una encrucijada del camino, recién pasando el puerto de Roncesvalle y cuyos destinos quedarán unidos para siempre.

Ahmed es maestro de la princesa Melisenda y un grupo de músicos cristianos. Algunos allegados al rey Carlos (quien llegaría a ser Carlomagno) no ven con buenos ojos la presencia del laudista sarraceno enseñando música en la corte, y consideran su presencia como una afrenta a la cristiandad. Pero esto es apenas un síntoma de la vasta telaraña de intrigas y tensiones bélicas entre musulmanes y cristianos por el dominio cultural del territorio europeo.

Melisenda —hija del rey Carlos con alguna de sus amantes— es bella, apasionada e impetuosa; sabe valerse de la espada con la destreza de un buen espadachín, como lo habría de demostrar con fiereza el día en que el rey, para aplacar los ánimos aquitanos que agitaban a su reino, dispuso su matrimonio con Guillermo (príncipe de Aquitania), y de cuyo estallido de furia sólo Ahmed la supo calmar. Este casamiento no es más que una componenda de la que Alifonso, Melisenda y Ahmed serán sus víctimas… “Un juego de poder del que no saldríamos indemnes”, dice el joven príncipe poeta y narrador Alifonso; palabras que resumen los trágicos acontecimientos.

En este Romance, de regia factura poética, Antonio Tello se muestra bastante menos desafiante que, por ejemplo, en De cómo llegó la nieve, que me parece  aún más críptico y un perfecto desafío a la imaginación del lector, sin que por ello deje de ser una lectura inmensamente gratificante por lo bellamente escrito.