La cola del pato, la ciudad de los vientos (Imprecom Editora, 2010), de Gonzalo Otero Pizarro, es una novela vibrante que descubre al lector el paisaje urbano y humano de una ciudad pampeana -Río Cuarto, en la provincia argentina de Córdoba- en el primer tercio del siglo XX.
Situando al lector en una época en que el aluvión migratorio europeo se densificaba en Buenos Aires y algunos inmigrantes, por mera supervivencia, buscaban los muchos caminos del interior, Gonzalo Otero Pizarro inicia su novela siguiendo la peripecia de dos hermanos croatas que suben a un tren que se adentra en la llanura. Uno de ellos, el más joven no alcanzará la meta que ambos se han fijado, pero pervivirá como conciencia ética del otro que optará por quedarse en la ventosa Río Cuarto.
A partir del momento en que el protagonista desciende en la estación, el lector irá descubriendo la ciudad y compenetrándose, al igual que el inmigrado centroeuropeo, con el carácter de sus habitantes. La inocencia, las contradicciones, las dificultades idiomáticas, las luchas obreras, las ínfulas aristocráticas de la clase patricia y el deseo de un joven ambicioso de conquistar y someter a su voluntad, su único capital, a esa ciudad. Para esto, los escrúpulos son a veces estorbos que impiden el objetivo, que la voz ética del hermano muerto mantiene a duras penas. En ese arduo proceso de integración y superación, Marko Jankovic llega a convertirse en don Marcos, merced a un contundente braguetazo y algunas traiciones y también lealtades.
A.T. y Gonzalo Otero Pizarro, en Bocaccio (Barcelona 1983) |