domingo, 23 de marzo de 2008

LA CARRETERA

La carretera, de Cormac McCarthy (Círculo de Lectores, 2007, trad. Luis Murillo Fort), es una bella y desgarradora descripción de la soledad existencial. La vigorosa prosa de McCarthy, a pesar de ciertos ripios y arritmias sintácticas atribuibles a la traducción, sostiene de principio a fin la tensión de una narración que reduce el argumento a la ceniza misma que cubre el planeta por donde vagan los protagonistas.
La desesperada lucha por la supervivencia de un padre y su hijo camino a la esperanza da un paso más en el terrible absurdo de la existencia humana, como la prefiguraron Melville, Kafka y Musil, entre otros, aunque su estilo lo aproxime a Faulkner. Cormac McCarthy demuestra con talento hasta donde puede llegar la novela contemporánea sacudiéndose los cánones del realismo novocentista, a los que sigue atada la mayoría de los narradores actuales.

La carretera es una novela que, como Moby Dick, sitúa al ser humano ante las consecuencias devastadoras del mal, cuando el absurdo y la estupidez dominan su conducta. Quizás el único pero que me atrevería a señalar en esta obra maestra es su final. Acaso una concesión para su futura adaptación al cine, en cuyo guión ya trabaja el músico australiano Nick Cave.

lunes, 10 de marzo de 2008

DETRÁS DE LA BOCA

En Detrás de la boca (Siruela,2007), Menchu Gutiérrez convierte la boca en un personaje para connotar la palabra como un ente orgánico capaz de revelar la naturaleza primaria de la condición humana. El lenguaje oral aparece a través de su escritura como un eco de la carne que se pierde en la oscuridad. En la noche de esa boca cósmica, donde el silencio no es la ausencia del sonido, sino el monstruo que, en el laberinto de cuerdas vocales, engendra la palabra. Una palabra nada inocente, pues en su fugaz existencia, deja en el mundo la vida, pero también la huella de lo indecible. La sintaxis de la tortura, de la angustia que atribula y destruye el alma humana.

sábado, 1 de marzo de 2008

LA EXPERIENCIA ABISAL


La experiencia abisal, de José Ángel Valente (Galaxia Gutenberg, 2004), es una colección de ensayos literarios en los que el poeta reflexiona sobre la obra de quienes, como Zubiri, Miguel de Molinos, Celan. Jàbes, Vallejo o Motaigne, entre otros, se adentraron en el abismo original de la palabra. La sensibilidad y erudición de este hombre que cultivó una poesía existencial se pone de manifiesto en el modo de aproximarse a los otros; en el modo de adentrarse en el laberinto de ecos que se pierden. Quiero decir, en su disposición, para reconocer el territorio «de lo poético», donde «la palabra se libera y nos libera», pues la palabra esencial, dice, «nos llama hacia su interioridad, que está formada por el infinito depósito de la memoria y de los tiempos».