La desesperada lucha por la supervivencia de un padre y su hijo camino a la esperanza da un paso más en el terrible absurdo de la existencia humana, como la prefiguraron Melville, Kafka y Musil, entre otros, aunque su estilo lo aproxime a Faulkner. Cormac McCarthy demuestra con talento hasta donde puede llegar la novela contemporánea sacudiéndose los cánones del realismo novocentista, a los que sigue atada la mayoría de los narradores actuales.
La carretera es una novela que, como Moby Dick, sitúa al ser humano ante las consecuencias devastadoras del mal, cuando el absurdo y la estupidez dominan su conducta. Quizás el único pero que me atrevería a señalar en esta obra maestra es su final. Acaso una concesión para su futura adaptación al cine, en cuyo guión ya trabaja el músico australiano Nick Cave.