La tertulia El laberinto de Ariadna publica con regular periodicidad un excelente pliego de poesía coordinado por el poeta Felipe Sérvulo con poemas de los invitados a sus reuniones mensuales.
En su número 19, el grupo encargó a Carlos Vitale una selección de poetas argentinos residentes en Cataluña. Vitale, quien se autoexcluyó a pesar de tener todo el derecho de figurar en la lista por ser uno de los mayores poetas argentinos contemporáneos, invitó a todos los que consideró que debían figurar en esta publicación. No todos le respondieron, pero los nombres que aparecen -Laura Frucella, Marta Binetti, Hugo García Saritzu, Ana Becciu, Neus Aguado, Mario Satz, Dante Bertini, Antonio Tello, Osías Stutman y Jonio González- son representativos de una poesía que busca tener su propia voz y enraizarse con sus cadencias personales en un contexto geográfico y social diferente y lejano. Surge de estas voces y de otras, como la del querido ausente accidental Alberto Szpunberg, una poesía de doble sombra, llena de vitalidad y matices prosódicos determinados por el paisaje humano, en la que la nostalgia se agosta y las visiones existenciales nos revelan a los poetas acaso preguntándose como lo hace Vitale en uno de sus versos de Unidad de lugar «¿dónde vive el pecado sino en la distancia?».
Felipe Sérvulo y El laberinto de Ariadna constituyen un grupo humano generoso y abierto consciente de que esa altura de miras con que se acerca a los demás contribuye a establecer la justicia poética en un mundo desquiciado por el mal.