sábado, 12 de noviembre de 2011

transAtlánticos


El poeta Dante Bertini ha cumplido con un trabajo importante y necesario para la literatura y la sociedad argentinas. En transAtlánticos, editado por el Consulado General de la República Argentina y prologado por María Kodama, reúne a cincuenta poetas argentinos, éditos e inéditos, que han residido o residen en Barcelona.

La compilación realizada por Bertini, para la que contó con el inestimable apoyo de cónsul Andrés Mangiarotti, radica, al margen de la mayor o menor calidad de las aportaciones poéticas, en su carácter integrador, que salva las tentaciones de capillismo -estético, político, clasista, etc.- que suelen menoscabar este tipo de obras. Aunque la poesía no es en sí misma democrática ni tiene vínculos con el sentimentalismo bienintencionado, el libro conseguido por D.B. tiene la virtud de ofrecer un espectro totalizador de las pulsiones emocionales que llevan a muchos a sentar por escrito y en forma de poemas las percepciones que se tienen del mundo y de los seres humanos y, en este caso, del éxodo sufrido por miles de argentinos. Y este es un elemento de vital importancia porque representa el común denominador de la producción reunida en transAtlánticos en la medida que expresa un desgarro del lugar original. Un desgarro que parte en dos el corpus cultural y biográfico de los desterrados, ya sean exiliados políticos o emigrados económicos, pues siempre hay una violencia de fondo en esta clase de trasterramientos. En tales situaciones, la poesía traduce no sólo ese desgarro sino, y aquí se aprecia en la mayoría de los poemas recopilados, el anhelo de no olvidar la pertenencia a un lugar y a una historia que forman parte de la identidad de cada uno de los extrañados del país natal. 
En este sentido, el trabajo de D.B. se manifiesta como expresión de ese anhelo y queda como una voz colectiva de quienes no quieren olvidar y, lo que le confiere cierto dramatismo, tampoco ser olvidados. En cierto modo, en el imaginario social de la Argentina los desterrados tienen algo de fantasmas del pasado. Pero estos fantasmas son personas de carne y hueso que reclaman su sitio como ciudadanos de pleno derecho. Los cincuenta poetas transatlánticos son la memoria viva de una tragedia y de las secuelas de esa tragedia que, a través de sus poemas, emergen como una isla oceánica que, cualquiera sea la distancia, siempre estará en el mar territorial argentino. En su cultura y en su literatura.
Podría nombrar a algunos poetas o citar algún verso, pero de hacerlo sería desvirtuar la naturaleza de transAtlánticos y la idea fundamental de que todos somos uno.