Antonio Tello y Álvaro Miranda |
Decires desde Lebrija o Nebrija y Álvaro Miranda en el mar de la lengua es una breve antología poética de Álvaro Mirada que, en 2009, Ulrika Revista de Poesía editó con motivo del homenaje que se tributó al poeta colombiano en el marco del 17º Festival Internacional de Poesía de Bogotá. La sencillez de la edición antes que velar exalta la poderosa poesía de Miranda.
Ya desde el largo título queda sentada la intención del autor de provocar que la enunciación de sus poemas siempre es mayor que el contenido de éstos. Sin embargo, Álvaro Mirada al apelar a este recurso pone de manifiesto antes que el marco del poema -la Historia- es mayor que éste y que es el poema mismo, su relato, la anécdota, el que alimenta y señala la orientación de la Historia.
La antología reúne poemas de cinco libros de Álvaro Miranda - Tropicomaquia, Indiada, Cuatro de Lebrija, Los escritos de don Sancho Jimeno y Simulación de un reino- que, no obstante su distinta procedencia, tienen la unidad de un proyecto poético sostenido en la idea de que la historia y el lenguaje -«el mar de la lengua»- conforman la identidad y el presente histórico del continente.
Con un profundo conocimiento y no menos sensibilidad, el poeta rescata la fonética y hasta la morfología de la lengua castellana de los tiempos de la Conquista y de su progresivo mestizaje que cuaja en una original expresión capaz de generar imágenes que reflejan con fidelidad el curso copioso de la vida. La metáfora surge así no como un ornamento retórico, como una peana para los protagonistas de sus distintos poemas, sino como una visión exuberante de todo acontecer en un territorio donde los colores, los olores, los deseos y las pasiones aparecen maridadas con la imaginación salvaje del trópico. A todo ello contribuyen el sonsonete de las aliteraciones, las anáforas fantásticas y la antropoformización de la naturaleza - sumo viento descuartizado y descuartizante o estornudo de todos los volcanes- articuladas con la ciencia de quien está dotado para dar cuenta del nacimiento de un nuevo mito.
Un mito -el de la América tropical- que encuentra precisa expresión en la lengua culta, socarrona y zumbona de un castellano que suena antiguo, pero que en realidad es antigua latencia que da vida a los protagonistas de un pasado que es instante genésico de la historia continental. Acierta Amílkar Caballero de la Hoz cuando parangona al poeta colombiano con el antillano y premio Nobel Derek Walcott, pues ambos trascienden las limitaciones -políticas, ideológicas, religiosas- del discurso histórico con los recursos que les brindan la imaginación y la visión poética de la realidad para exponer con naturalidad las raíces europeas de una cultura nueva.
Con su poesía, con su modo de abordar el tiempo de la Conquista y la recreación de una lengua que se convertirá en soporte de la identidad hispanoamericana, Álvaro Mirada revela los fundamentos de la historia del continente y cuestiona esa presunción de Hegel según la cual América es sólo geografía y paisaje.
Con un profundo conocimiento y no menos sensibilidad, el poeta rescata la fonética y hasta la morfología de la lengua castellana de los tiempos de la Conquista y de su progresivo mestizaje que cuaja en una original expresión capaz de generar imágenes que reflejan con fidelidad el curso copioso de la vida. La metáfora surge así no como un ornamento retórico, como una peana para los protagonistas de sus distintos poemas, sino como una visión exuberante de todo acontecer en un territorio donde los colores, los olores, los deseos y las pasiones aparecen maridadas con la imaginación salvaje del trópico. A todo ello contribuyen el sonsonete de las aliteraciones, las anáforas fantásticas y la antropoformización de la naturaleza - sumo viento descuartizado y descuartizante o estornudo de todos los volcanes- articuladas con la ciencia de quien está dotado para dar cuenta del nacimiento de un nuevo mito.
Un mito -el de la América tropical- que encuentra precisa expresión en la lengua culta, socarrona y zumbona de un castellano que suena antiguo, pero que en realidad es antigua latencia que da vida a los protagonistas de un pasado que es instante genésico de la historia continental. Acierta Amílkar Caballero de la Hoz cuando parangona al poeta colombiano con el antillano y premio Nobel Derek Walcott, pues ambos trascienden las limitaciones -políticas, ideológicas, religiosas- del discurso histórico con los recursos que les brindan la imaginación y la visión poética de la realidad para exponer con naturalidad las raíces europeas de una cultura nueva.
Con su poesía, con su modo de abordar el tiempo de la Conquista y la recreación de una lengua que se convertirá en soporte de la identidad hispanoamericana, Álvaro Mirada revela los fundamentos de la historia del continente y cuestiona esa presunción de Hegel según la cual América es sólo geografía y paisaje.