sábado, 21 de octubre de 2023

LUGONES, ENTRE COLES Y LECHUGAS, Fernando López

 


Fernando López, acaso el mayor referente de la novela policíaca cordobesa y padre de “Córdoba mata”, el más importante encuentro anual de la literatura de este género en el país, escribe una aproximación biográfica ficcional y acotada en el tiempo, a la controvertida figura, desde el punto de vista ideológico, del poeta Leopoldo Lugones (Raíz de dos, Córdoba, 2014)


Desde el mismo título del breve libro -91 páginas-, el autor sitúa al vate cordobés “entre coles y lechugas”, es decir fuera del esperable contexto intelectual desde el cual se proyectará históricamente su imagen. El Lugones con el que se encontrará el lector no es el “mayor poeta argentino”, según la reconocía Jorge Luis Borges, sino un veinteañero algo romántico que, por circunstancias de la vida, va a parar a San Francisco siguiendo un pobre empleo, cuando la hoy ciudad era apenas una colonia chacarera, donde se concentran inmigrantes europeos, sobre todo italianos, y donde acaba de llegar el ferrocarril. Este joven inteligente, soñador y ambicioso, cuyas miras están puestas en los cenáculos literarios de Buenos Aires y París y su corazón en una bella joven cordobesa, no puede evitar el malestar que le provocan el lugar y sus habitantes, la mayoría de los cuales apenas si habla castellano. Este Lugones se manifiesta literariamente, en el momento temprano en que sus ideas contrarias al catolicismo, sobre todo a la venalidad eclesiástica, y a las injusticias sociales determinan su conducta llevándolo a plegarse, aunque sin un convencimiento profundo, al bando de los desheredados, cuya admiración se gana menos por sus versos que por su participación protagónica junto a un amigo en el descarrilamiento de una locomotora, cuyo fuego incendia los campos y las cosechas de los arrendatarios de los campos, ya golpeados por la epidemia que castiga a los barrios pobres.

Esta biografía ficcional de Lugones quizás podría tomarse como un supuesto pasaje pintoresco en la vida de quien habría de introducir la poesía argentina en el modernismo y presidir la Sociedad Argentina de Escritores, la cual fijó el día de su natalicio como día del escritor, si no fuese porque, más allá de lo que se cuenta en “Lugones, entre coles y lechugas”, se descubre el espíritu ardiente y contradictorio del personaje, su honda egolatría y su ambición que lo llevarán a ser uno de los mayores poetas argentinos y al mismo tiempo a protagonizar sonados duelos dialécticos en política y a transitar desde el ateísmo libertario y el socialismo de sus tiempos juveniles hacia el nacionalismo y el incipiente fascismo. Lo que Fernando López parece exponer con sutileza e inteligencia en este libro es que, en el espíritu del entrañable Lugones veinteañero, ya anidaba el repudiable Lugones adulto que se suicidirá, dicen que por amor, en 1938, y  que años antes, en 1924, a propósito del centenario de la batalla de Ayacucho, proclamará en su discurso que “ha llegado la hora de la espada”. Una idea que comulgaba con las aviesas intenciones de los militares que, en 1930, encabezados por el general José Félix Uriburu derrocaron el gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen e inauguraron la llamada “década infame”.