lunes, 30 de octubre de 2023

SANGRE ACOMPASADA, Silvia N. Barei

 


"Sangre acompasada" (Argos / Babel, Córdoba, y Reflet de Lettres, París, 2023) consagra a Silvia N. Barei no sólo como una ensayista inteligente y lúcida a la hora de abordar la crítica literaria[i] y la cultura y los hechos culturales[ii], sino también como una de las mayores poetas argentinas contemporáneas, desde la publicación de su primer libro de poemas en 1992, “Que no quiebre el conjuro la palabra”.

En “2001”, poema de “Animal ciego”[iii], Barei informa de una clave de su poética cuando escribe “No se trata de lo que uno cree estar viendo […] no se trata de lo que uno cree no estar entendiendo […] Se trata de reconocerse en la propia sombra / entre las sillas y la mesa vacía / mientras unos llaman y otros se despiden / en estos tiempos que queman / tiempos / en que algún comienzo estará por suceder”. De este modo, la poeta expresa la necesidad de saber quiénes somos atravesando la realidad evidente y descubriendo esa otra realidad “que las sombras ocultan”, en palabras de Emanuel Lévinas.

En “Sangre acompasada”, Silvia N. Barei penetra las sombras con el impulso rítmico y armónico que le da el corazón tomando para sí el verso del chileno Oliver Welden – “El corazón es un músculo de sangre acompasada”, que figura a modo de epígrafe en el inicio de la primera parte del libro. Esta cita es asimismo el punto de partida con el que Barei recorrerá y enlazará los sentimientos de desarraigo y desolación que provocan los desterramientos haciéndolos suyos a través del recuerdo débil e inestable, acaso conjetura visual, que le provoca una vieja fotografía de su abuelo, a quien nombra “el padre de mi padre”, como para testimoniar en el aire la secuencia de las generaciones en el tiempo. 

Es así como la poeta empieza a dibujar el mapa de la extrañeza, a topografiar un territorio abandonado, (¿una patria?), sujeto a la añoranza. Una añoranza acompasada por la imperiosa necesidad de ganarse el sustento familiar con el sudor de la frente del zapatero o del hortelano, que al final del día habrá recibido sólo cinco pesos: “Suficiente para el pan de hoy / Suficiente para ir con la cabeza en alto” mientras “el amor se desviste / como una superficie rizada por el viento / como un cerco de arena”. 

Y en este hacer, en este luchar por la supervivencia, empieza la vida, nos dice Barei, como un milagro existencial suspendido entre dos orillas, “bajo la engañosa transparencia de la luz / de este sueño”. Un sueño del que apenas resta una memoria borrosa habitada por paisajes y patrias a las que nunca se volverá, porque no hay caminos de vuelta al lugar de donde se ha partido (“no hay camino que nos traiga de vuelta”), salvo la equívoca creencia de no haberse ido. Salvo un baúl de herramientas perdidas, en el que, como una caracola, los herederos oyen o pueden oír el oleaje de un mar o el rumor de la tierra de un país desconocido o los pasos de un abuelo, el exiliado de la guerra o del hambre, sonando “en la extensión quieta de la casa” cada mañana o fragmentos de una reiterada mañana.

“Sangre acompasada” es un bello y desolador libro de Silvia N. Barei sobre la extranjeridad existencial y la acompasada extrañeza vital del ser humano y de las cosas que no se ven en el mundo y que constituyen la dramática realidad oculta por las sombras, pero que sentimos con cada latido del corazón. Un libro que obra como un mandato del mar, cuyo sonido es como el irresistible canto de las sirenas que atrae al ser hacia el atávico e inefable sueño del origen. 



[i] Teoría de la crítica, Alción, Córdoba, 1998.]

[ii] Literatura e industria cultural, con Beatriz Ammann, Premio Ensayo del Fondo Nacional de las Artes, 1987; Culturas en conflicto, Ferreyra Editor, Córdoba, 2012

[iii] Animal ciego, Alción, Córdoba, 2017.